Decisiones

Una vez me dijeron que la vida es eso que pasa mientras se toman decisiones. Es una manera de verlo.
La dificultad que supone tomar una decisión es directamente proporcional al impacto que puede tener ésta. No es igual de difícil decidir el color de la camiseta que te pondrás por la mañana que la marca del coche que vas a adquirir.
La dificultad de la decisión depende también de la cantidad de opciones entre las que puedes moverte. Si sólo tienes dos o tres camisetas en el armario la decisión es fácil, pero si vas a una tienda a comprar más y te gustan todas las que hay, a ver cómo sales de dudas.
Alguien pensará que es más fácil que otro tome las decisiones por ti. Que te “programen” cómo te vas a vestir al día siguiente, lo que comerás, a dónde irás, cuándo y con quién. Pero eso no es tomar decisiones y ahí no me voy a meter.
Hay miles de disyuntivas. Hay miles de tipos de disyuntivas. ¿Sí o no? ¿Ahora o luego? ¿Carne, pescado o verdura? ¿Tacones o deportivas? ¿Chocolate, vainilla, fresa, menta, café, limón, New York Super Fudge Chunk (ups, me traiciona el subconsciente)? Y así hasta el infinito y más allá.
Yo prefiero escoger por mí misma, con todas las consecuencias. Y ahora me encuentro en una situación en la que tengo que decidir algo importante. No tengo prisa para hacerlo, pero quiero que sea pronto. Me gustaría ver alguna señal, algo que me dijera que uno de los elementos es más para mí que el resto, algo que haga que descarte alguno. No quiero un letrero luminoso con una flecha apuntando, eso no sería decidir. Por supuesto tampoco voy a echarlo a suertes ni a cara o cruz ni a nada que se le parezca. Pediré opiniones, escucharé consejos y comentarios e intentaré aprender de quien antes se vio en la misma situación. Y con eso y con todo, escogeré, optaré, me decantaré, decidiré.
Estaba pensando en el miedo a equivocarme. Si finalmente me decido y opto por uno en concreto, ¿por qué va a ser una equivocación? Si hay algo que apunte a que ése no era el idóneo, siempre puedo modificarlo y adaptarlo a mí. Y si no, cambiarlo por otro.
Esta decisión, como todas, aunque importante no es vital ni mortal. Puede que una vez tomada no tenga un paso atrás, pero siempre tendrá una consecuencia. Si es buena, bienvenida, nueva vida, y si no, algo habré aprendido.
Estoy buscando piso y, de momento, me gustan dos, pero quiero seguir mirando.
¿Consejos, opiniones, comentarios? (Sier, a ti lo que te pido es una laaaarga conversación para que me ilustres y me muestres el camino jejeje)
3 comentarios
carmncitta -
OpenGT -
Un saludo Silvia
SiertxO -
Piensa que tienes la sartén por el mango
:P